CONFÍA EN TUS ALAS

 Cada uno de nosotros nace con unas alas hermosas y fuertes. Unas alas que están hechas para soportar las ráfagas de aire, las tormentas , las posibles caídas y también están  listas para desplegarse y mostrar todo su esplendor.  A medida que crecemos, esas alas sufren, parecen más pequeñas y frágiles. Ese cambio en su aspecto se debe a las experiencias vividas, y, sobre todo, a cómo vivimos esas experiencias. Muchas veces, terminamos creyendo que nuestras alas no están hechas para volar, que debemos conformarnos con ver el mar desde la orilla y sentimos que no somos merecedores de volar sobre el océano. Te voy a confesar un secreto, tus alas son  grandes, hermosas y robustas, lo que ocurre es que has escuchado demasiado las voces externas, te has contado historias que te has creído y, en ese proceso, no te has mirado con tus ojos de niño para comprobar que tus alas están intactas, solo tienes que empezar a entrenarlas, y , te aseguro, que te llevarán a lugares maravillosos. Hoy es el día. Preparado para volar?

HOY

 Hoy cumplo 53 años, cuando me miro me gusta lo que veo, hay algunas arrugas, la piel no está tan firme, el cuerpo ha cambiado, en cambio, el camino recorrido me ha permitido evolucionar, mirarme, conocerme, quitarme parte de mi máscara y, lo más importante, construir la Vida que quiero vivir. He pasado por tormentas donde no veía la luz, he dado tropiezos, me he perdido, he dado rodeos, he tenido que afrontar momentos muy duros, y todo, era necesario para encontrarme en el punto en el que estoy hoy. La Vida me ha proporcionado las circunstancias para perderme y reencontrarme. He descubierto partes de mi que ni siquiera sabía que existían. Hoy, me siento segura de mí, abrazo mi vulnerabilidad, ya no la escondo, porque tengo confianza en que sabré gestionar las caidas. Hoy, no tengo miedo a empezar de nuevo las veces que hagan falta. Hoy, acojo todo lo que soy, disfruto de mi compañía y agradezco cada día. Hoy, es el día más importante. Hoy, celebro la Vida.

SOLEDAD

 ¿Qué es la soledad? es la carencia voluntaria o involuntaria de compañía, así aparece en el diccionario, sin embargo, no es lo mismo la soledad voluntaria que la involuntaria. La primera puede ser gratificante , placentera y enriquecedora. La segunda, puede venir acompañada de un sentimiento de melancolía y tristeza. Aún podemos dar un paso más, en ocasiones, estamos en compañía y nos sentimos solos. También podemos estar  solos y sentirnos acompañados de nosotros mismos. Por tanto, la sensación de soledad es muy personal y depende de muchos factores( experiencias tempranas, creencias, miedos,etc...). Personalmente, opino que es necesario saber estar solos, vivir solos, disfrutar de nuestra compañía, sabernos acompañar. Si logramos ésto, confiaremos en nosotros, seremos independientes y, desde esa posición si podremos entablar relaciones más sanas, relaciones donde se dé un enriquecimiento mutuo, y, sobe todo, relaciones que no nazcan de la carencia. La soledad goza de muy mala prensa, pero llegar a disfrutar de estar a solas con nosotros mismos es el paso necesario para conocernos y lograr relaciones  más sanas. Así que atrévete a darte una oportunidad y queda más a menudo contigo, puede que te sorprenda la experiencia.

PERMANECER

 A lo largo de nuestra trayectoria vital, vivimos múltiples circunstancias. Hay situaciones que nos producen calma, alegría o bienestar y ahí,es muy fácil permanecer. En cambio, cuando los hechos nos incomodan, nos remueven o nos sacan de nuestra zona conocida, tendemos a huir. En esa situaciones, se despiertan nuestros fantasmas, aparecen nuestras resistencias, el ego toma el control y todos nuestros argumentos nos conducen a salir de ahí. Sería bueno recordar que la Vida es cambio, que todo pasa y , eso, también pasará. Si nos permitimos permanecer en esa incomodidad, observaremos que podemos transitarla, que pasa y que nos regalará grandes descubrimientos. Te invito a que cuando aparezca esa incomodidad, permanezca y le des acogida, forma también parte de ti, y si la aceptas, quizás te traiga un maravilloso regalo.

MIRADAS

 Ante un mismo paisaje, pueden hacerse muchas  fotografías diferentes, dependiendo de la ubicación del que realiza la fotografía y también de lo que capta su atención. Así ocurre también en nuestra vida. Ante un mismo escenario. cada persona, pondrá el foco en determinadas circunstancias, utilizará distintos filtros con los que interpretará la situación, le afectará más o menos determinados hechos en función de su experiencia vivida y, por tanto, tomará una decisión u otra determinado por todo lo anterior. En definitiva, habrá diversas miradas, y todas son válidas. Podemos ir un paso más allá y evaluar cada uno de nosotros cómo son nuestras miradas, qué fotografías tomamos de los hechos que nos ocurre, determinar si esas miradas nos ayudan a avanzar o nos bloquean. Si nos ayudan y nos enriquece estamos en el camino adecuado, si, en cambio, nos bloquean siempre tendremos la opción de cambiar nuestra ubicación y mirar esa escena desde otra perspectiva que nos favorezca. Nosotros somos los fotógrafos de nuestra vida, nada nos impide movernos para captar el mejor ángulo. 

EL FARO

 Encontrar el faro que guíe nuestro camino no es tarea fácil. Normalmente, nos dejamos llevar por faros externos, tener personas de referencias puede ayudarnos a dirigir nuestros primeros movimientos, pueden ser los que nos iluminen para encontrar nuestro sendero. Sin embargo, es fundamental que tengamos en cuenta que ningún camino es idéntico a otro. Así, tener un guía puede facilitarnos nuestros primeros pasos, pero llegará un momento en el cual tendremos que despedirnos de éste e iniciar nuestra propia andadura. Es, en este momento , cuando hará falta echar mano de nuestro propio faro, ese que todos tenemos en nuestro interior, aunque en ocasiones, esté tan tapado con nuestras corazas que apenas notemos una tímida luz. A medida que emprendamos la aventura de mirarnos, nuestro faro se hará más luminoso, haciendo que nuestros pasos sean más firmes. Aprenderemos a confiar en la luz de nuestro faro, esa que es única como únicas son las huellas de nuestro camino. Y tú, has encontrado tu faro?

PARA, RESPIRA, SIENTE

Estamos inmersos en la cultura del hacer. Tener mil actividades, ser productivos en el trabajo, mantenernos en forma, ser "perfectos"como padres, hijos, amigos.... Este ritmo es insostenible porque olvidamos nuestra máxima responsabilidad: hacernos cargo de nosotros mismos. Parar, respirar, sentirnos es condición indispensable. Cómo conectar con nuestras emociones más profundas y mirar cara a cara a nuestros miedos si no nos permitimos quedar con nosotros, preguntarnos cómo estamos, qué necesitamos y, así, estar en condiciones de acogernos y darnos lo necesario. No es tarea fácil, nos resulta más cómodo anestesiarnos, vivir en la superficie y convertirnos en auténticos desconocidos. Yo te invito a que no te dejes llevar, date permiso para parar, conócete, explórate, atrévete, no tengas miedo a amarte y quizás descubras lo maravilloso que eres.