SOMBRAS

 La sombra es un trozo de espacio donde no entra la luz y como consecuencia nos dificulta ver lo que hay en él. En ocasiones, vivimos etapas en nuestra vida en la que existen sombras que no nos permite observar con claridad lo que está ocurriendo. Cuando pasamos por ello sentimos malestar, no podemos tomar decisiones, no encontramos explicaciones a lo que nos sucede....Ante ésto, lo aconsejable es parar, aceptar y autoobservarse. Las sombras son una oportunidad para hacer una pausa, para parar nuestro piloto automático e iniciar un viaje hacia nuestro interior, así nos daremos permiso para descubrir partes nuestras que permanecen en esa sombra, pero que son también parte de nosotros. Las sombras nos producen temor porque significa adentrarse en un terreno no conocido, pero aunque permanezcamos en nuestra zona de luz. las sombras seguirán ahí, no desaparecerán. Si nos vamos adentrarnos en la sombra, nuestros ojos irán acostumbrándose y terminaremos viendo, reconociéndonos y aceptándonos en nuestra totalidad. Te invito a que inicies el viaje hacia tu sombra.

IKIGAI

 

La cultura japonesa  defiende que todos debemos de encontrar nuestro ikigai, este concepto hace referencia a nuestro propósito de vida, para lograrlo, es fundamental hacer un trabajo de introspección y enfocarnos en cuatro pilares: aquello que se te da bien, lo que amas de verdad, lo que necesita el mundo y aquello por lo que los demás pagarían. Si logramos encontrar un punto de confluencia entre estas cuatro áreas, tendríamos nuestro ikigai. Si logramos que nuestra profesión coincida con aquello que desempeñamos sin esfuerzo, nos apasiona y el mundo está dispuesto a pagar por esa actividad, hemos dado con nuestro propósito. Me parece fundamental que toda persona haga este camino de búsqueda, ya que existe una gran diferencia entre desempeñar un trabajo que no te gusta y desarrollar cada día la actividad que te apasiona. Por ello, sería fantástico que en la escuela se fomentará en los niños la exploración de distintas actividades, que hubiera más itinerarios personalizados en función de las características del niño. Somos diferentes y, por ello, el mismo camino no es válido para todos. Así , conseguiríamos profesionales más implicados y más satisfechos. El estrés disminuiría y aumentaría el bienestar emocional. Te invito a que evalúes si tú has encontrado tu ikigai.