Ante cualquier imprevisto que nos surge en nuestra vida, aparece la queja como un resorte automático. Nos quejamos del tiempo, de nuestras circunstancias, de nuestro jefe o de las personas que nos rodean. Todo ésto, sin aceptar previamente la situación que vivimos, como paso previo para pasar a la acción y asumir nuestra responsabilidad. Cuando nos hacemos responsables, tomamos un papel activo en nuestra vida, decidimos y actuamos, por tanto, dejamos de ser agentes pasivos.
La queja tiene sus beneficios, nos permite permanecer en nuestra zona de confort, nos sitúa en el papel de víctima, sintiéndonos así justificados para no pasar a la acción y colocarnos en el rol de niño que espera que sus necesidades sean atendidas. Nos quejamos mucho de la sociedad en la que vivimos, pero no sería mejor hacernos la siguiente pregunta: ¿qué hacemos cada uno de nosotros para cambiarla y vivir en un mundo mejor? Todos podemos aportar, empezando por nuestro entorno más cercano, dando pequeños pasos día a día...Esta actitud supone responsabilidad y esfuerzo, es decir, situarnos en el rol de adulto. Si queremos que nuestro entorno cambie, primero tendremos que cambiar nosotros. La queja no implica cambio, solo la acción nos lo proporciona, así que tu eliges: queja o acción.
acción!!!...no hay que esperar a que las situaciones cambien y la fuerza y energia que empleamos quejándonos, invertirla positivamente. Somos nosotr@s los que tenemos que hacer que cambien y sobre todo ese cambio está en nosotr@s!!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, soy Gemma ( compañera) o salimos de nuestra zona de confort o no salimos de esta, no se le puede pedir al mundo que cambie, si no empezamos desde nosotros mismos. Gracias por tu articulo.
EliminarTotalmente de acuerdo, la queja nos desgasta.
EliminarHay que tomar un rol activo y responsable. Gracias por tu aportacion
EliminarAcción.Totalmente cierto que te proporciona cambiar,afrontar las situaciones y actuar
ResponderEliminarLa acción nos proporciona la opción de cambiar
EliminarYo soy muy muy quejica, me he instalado en la queja, la rumio, me arropo en ella. Tengo que revisar esta forma de ser y actuar y empezar el cambio
ResponderEliminarHa dado el primer paso y el más importante, darte cuenta, ahora tienes la opción de cambiar
EliminarMe encanta cómo lo expresas. Realmente nos instalamos en un estado niño cuando lo único que hacemos es quejarnos, y el beneficio más o menos consciente que obtenemos es que eludimos cualquier responsabilidad. Pero eso nos deja inermes al arbitrio de las decisiones que toman otros, y nos vuelve pequeños y sin fuerza.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Manuel. Dejar nuestra vida en manos de otros para seguir en nuestra zona de confort. Gracias por tu aportación
EliminarTotalmrnte de acuerdo contigo Elena nosotros somos los dueños de nuestro barco y el movimiento se demuestra siempre andando.La queja te hace ser y sentir pequeñita en el fondo
ResponderEliminarEvidentemente, solo se está en el adulto desde la responsabilidad y la acción. Gracias por tu aportación
EliminarLa queja solo nubla, prioridades y accion
ResponderEliminarEn la queja buscamos la justificación para nuestra falta de acción
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