Vivimos los últimos días de este año, es el momento de hacer balance de lo vivido, de agradecer lo aprendido y de marcarse objetivos para el nuevo año. Es la despedida de un año y el nacimiento de uno nuevo. Un nacimiento que implica ilusión, curiosidad y también incertidumbre. En este nuevo año yo voy a optar por elegirme, por escucharme y cuidarme. Quiero tener el corazón abierto a lo que me traiga la vida, porque sólo con esa apertura de corazón se puede vivir. Deseo recuperar mi mirada de niña, observar el mundo con ojos nuevos y disfrutar del momento como sólo lo saben hacer los niños. Un día nuevo, un mes nuevo, un año nuevo son oportunidades para vivir, y no es esa nuestra mayor misión? Vamos a apartar nuestros miedos, a desprendernos de nuestras máscaras, a confiar en nuestros recursos y a abrir el corazón para poder recibir todo lo que nos traiga este nuevo año. Confiemos en que la Vida nos traerá lo mejor para nuestro crecimiento.