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martes, 14 de abril de 2020

LA GRAN OPORTUNIDAD.

Llevamos más de un mes recluido en nuestras casas, nuestras relaciones sociales se limitan a mensajes, llamadas y videoconferencias. El contacto piel con piel solo puede darse con aquellos con los que compartimos nuestro hogar. Todo se ha vuelto aséptico, en las ocasiones que salimos mantenemos la distancia,tenemos cuidado para no tocar nada y ,apenas, cruzamos unas frases con las personas con las que coincidimos. Me pregunto como cambiaran las relaciones a partir de esta experiencia, nos adaptamos a casi todo, y no me gustaría que nos adaptasemos a este tipo de relación. Deseo que todo esto sirva para valorar mucho más las relaciones, los abrazos, las caricias y los besos que son el alimento del alma.
Yo soy,de las que piensan, que en toda crisis hay una oportunidad. La oportunidad de valorar todo lo que teníamos, poder visitar a amigos y  familia, abrazar a los que queremos, viajar y conocer lugares y,sobre todo, compartir. Es la oportunidad de descubrirnos, de explorar facetas nuestras que no conocíamos, de conocer nuestros miedos, de darle espacio a los sentimientos que están emergiendo y de aceptarlos porque forman parte de nosotros. Vamos a hacer que todo esto merezca la pena, vamos a evolucionar como personas y como sociedad. Vamos a dejar lo superficial, lo circunstancial, lo ornamental y seamos más auténticos. Vamos a mirar a los ojos a nuestros semejantes, sabiendo que tiene los mismos miedos y sueños que tú, y, así desde la empatía y el amor será posible crear una sociedad más “humana” y solidaria. Esa, es la gran oportunidad.

Elena I. Fernández.

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión la que haces.
    Cómo viviremos el día a día cuando ésto acabe?Seguirá el miedo( que nos pretenden inocular y es infinitamente peor que el propio virus) presente en las relaciones sociales?
    Comparto tu creencia de que en toda crisis, en toda dificultad, hay una oportunidad.. Y lo comparto desde la individualidad, desde mi propia experiencia.
    Una oportunidad para el cambio, para estar presente, para saborear los pequeños detalles que en la vorágine de nuestra rutina pasaban desapercibidos o se postergaban con un "para otro momento"..
    Una oportunidad para observarnos, para estar con nosotros mismos y sentir que no hay mejor compañia que esa, aunque se anhelen los abrazos y besos de las personas queridas.
    Una oportunidad para soltar de manera inevitable el control y abrazar la incertidumbre desde la aceptación y la calma
    Una oportunidad para confiar, para mirar con ojos compasivos, para ser mejores personas y por ende, más felices.

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